martes, 15 de noviembre de 2011

Homilía: "San Miguel y San Jerónimo" 29.Sept.2011

Queridos hermanos Sacerdotes concelebrantes; Sr. Alcalde de la Villa de Olmedo; Reinas y Damas de nuestras Fiestas Patronales; Sres. Concejales de la Corporación Municipal; Sr. Juez; Sr.Comandante del Puesto de la Guardia Civil; Queridos vecinos y hermanos todos:

En esta Iglesia de San Miguel y de la Virgen de la Soterraña, y teniendo delante la imagen de nuestro Patrono el Arcángel San Miguel, celebramos un año más las fiestas cívicas de nuestra Villa, que como pueden ver por los programas, tienen variedad de actividades, festejos y acontecimientos, en varios días, y para todas las edades. Y dentro de ellas, no pueden faltar las celebraciones religiosas, porque todas las fiestas, desde que España es cristiana, ( y lo es casi desde la época del Apóstol Santiago), tienen origen religioso o han nacido al amparo de una imagen.


Esta relación entre el origen religioso y la celebración popular, habrá sido considerada seguramente por los distintos "oradores sagrados que han ocupado esta sagrada cátedra" desde que Olmedo es Olmedo. Esa expresión que ya no se usa, la veo reflejada en los Programas de las Fiestas de Olmedo de décadas pasadas. Ahora se dice sencillamente: "el cura que dice el sermón". Pues en esa misma línea, deseo hacer hincapié en la figura de San Miguel, y la enseñanza que de esta imagen podemos obtener para nuestra vida de olmedanos y de cristianos.

Resalto, en primer lugar, la Procesión con el santo Patrono, que acabamos de realizar viniendo, con la imagen traída a hombros por los Miembros de la Corporación Municipal y de los jòvenes de la peña: los "Mindundis", desde la Iglesia de Santa María hasta aquí,acompañados de todas las autoridades locales, de la Banda de Música, y de numerosos feligreses.

Según los datos, que creemos fiables, hacía 42 años, es decir, desde el año 1969, que no se realizaba la procesión de San Miguel es estas sus fiestas.

El año 1967 se indica la celebración de la Misa de Fiesta, siendo el orador sagrado Dn. José Velicia, que entonces era coadjutor de la parroquia de San Ildefonso de Valladolid; Pero no se dice nada de la procesión.

El año 1968 no aparece publicado el programa, por lo que no sabemos de cierto si hubo o no procesión. Era entonces Alcalde Dn. Vicente González; Reina de las fiestas: Marta Krahe (de los Olmedilla); y damas: Emma Carretero, Chonita Valero, Pili García y Rosita Martín.

El año 1969 fue el último año en cuyo Programa de fiestas figura no sólo la Misa sino también la Procesión con San Miguel. Desde entonces hasta hoy, no sé por qué razones pastorales, no se volvió a sacar en procesión al Santo Arcángel San Miguel, Patrono de Olmedo.

Dios quiera que la tradición de esta procesión que hoy retomamos pueda seguir realizándose en años sucesivos, sea el parroco de fuese,porque una fiesta del Patrono sin el Patrono resulta deslavada, fría y sosa.



"Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles combatieron con la Serpiente; también la serpiente y sus ángeles combatieron pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos. Fue arrojada la gran Serpiente, la serpiente antiguam el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero..."



Son palabras del Libro del Apocalipsis de San Juan Evangelista, cuyo tema principal, expuesto en mil visiones y escenas,indican, en clave (por los peligros de la persecución que pudiesen sufrir los cristianos de entonces) que el mal está presente, pero que con la ayuda de Dios y el esfuerzo del hombre, será finalmente vencido.


Así como el bien, la verdad, el amor, la perfección, el conocimiento y todas las virtudes positivas son connaturales a la persona humana, también el mal, la falsedad, el abuso, la perversión, y todos los defectos y aspectos negativos, son connaturales a la persona humana. Ahí los tenemos y así somos. San Pablo decía que veía el bien y la verdad, pero que su cuerpo le llevaba hacia el lado del mal y de la mentira. Quería el bien pero hacía lo contrario... como si una fuerza exterior a él le empujase hacia el mal.


Pues esta realidad la ha representado la Iglesia desde hace siglos, siguiendo la escena del Apocalipsis, con la figura del Bien (San Miguel) luchando en batalla total contra el Mal (el Diablo). Los retablos, los cuadros, las pinturas y las imágenes han sido siempre la catequesis sin libros que tenían los cristianos de otras épocas.


La imagen que tenemos delante, de San Miguel y Satanás me da pie para analizar este fenómeno y la situación de nuestro mundo actual:


Fíjense en San Miguel: Una imagen preciosa, actitud de movimiento, casco y penacho de guerra, coraza de batalla, brazo con la espada en alto.... Se ve que es el Bien en persona....Pero le falta un ala, la capa está ya muy gastada, tiene un dedo roto de la mano izquierda con la que apenas puede agarrar bien la cadena con la que amarra al diablo, la espada no tiene empuñadura......Estaba ahí en el retablo, casi olvidado, apenas se le distinguía, leno de polvo.... Hermanos: el Bien, en nuestros días, no se le ve, está tapado, no tiene toda la fuerza necesaria que debería tener ni puede manifestarse, se le insulta, se le tilda de "cosa del pasado", no puede volar alto, no está de moda, su lucha es casi en balde....


Fíjense ahora en el Diablo: También estaba casi oculto, blanco de polvo (el mal aparece muchas veces camuflado) pero al limpiarlo resulta que es colorado; feo, pero se le nota con fuerza y rabia, está humillado pero no vencido...; le faltan dientes; la lengua no se le ve, pero la tiene y se le mueve dentro de la boca; se le han roto y ha perdido los cuernos, le falta un ala (que los diablos también tienen alas), y le falta una parte de la cola. Pero aun así, tiene fuerza, y el mal está en todo el mundo; sabe que está amarrado por la cadena del Bien, pero se revela y quiere seguir dominando a las personas.


Esa es la eterna lucha entre el bien y el mal, entre estas dos fuerzas que todos llevamos dentro de nosotros. La promesa de Dios es que al final, la bestia, el diablo, Satanás, el mal, será vencido, porque hay mucho más de bueno que de malo en el corazón de los hombres, y porque aunque a veces hagamos mal algunas cosas, sabemos reconocerlo y tenemos libertad y gracia de Dios para volver a conseguir la paz y la armonía en nuestras vidas.


Que San Miguel y San Jerónimo, que fue otro luchador del Bien y de la Verdad, bendigan nuestra Villa de Olmedo y a todos sus habitantes; que tengamos trabajo, que tengamos salud, que vivamos en paz y buena vecindad, y que nuestros dos santos patronos animen nuestras vidas, cambien nuestros corazones, y hagan de nosotros cristianos amantes del bien y luchadores contra el mal. Amén.